El Poder del Orden

Hace un par de meses (noviembre 2022) terminé de leer uno de esos libros que llegan a tus manos y casi al instante, cuando te adentras en su lectura, empiezas a ejecutar lo que el libro ya te empezó a enseñar. Ese libro es EL PODER DEL ORDEN, escrito por María Gallay (Gallay 2019).

Libro: El Poder del Orden
Fuente: https://www.organizaciondelorden.com/home

¿Qué aprendí del libro? En primer lugar, me sorprendió saber que existe la profesión de Organizador Profesional y no sólo eso, sino que también están de moda y son muy demandados.

En segundo lugar, es importante definir a qué se dedican, pero antes, saber que no es un organizador profesional: No son decoradores, tampoco remodelan, no organizan eventos y menos hacen limpieza. Entonces, su trabajo consiste en devolver funcionalidad a los espacios, objetos y rutinas, con el propósito de ser más productivos.

Seguidamente, comprendí el valor de las cosas, sí, las cosas y ser consciente de que éstas deben trabajar para nosotros y no nosotros para estas.

Hoy en día están de moda las tiendas que venden cosas baratas. Es bien sabido que, cuando visita una de éstas, entra por una cosa y sale con tres más que no necesitaba, pero estaban bonitas y las compara “por si acaso”.

Por otro lado, entre los hombres, hay aquellos que compran herramientas por si acaso algún día se les atraviesa determinada necesidad. Pero no sólo son herramientas, también son zapatos, camisas, corbatas, etc.

Entre las damas, están aquellas que compran artilugios de belleza para las uñas de las manos, para las manos, contra la resequedad, para los dedos de los pies, el pelo, la cara, los codos, las estrías, etc.  

Y si de guardar se trata, los hombres guardamos camisas deportivas, aquellas que usábamos cuando jugábamos con la categoría moscos, la sub-20, la sub-23, la sub-40 y hasta la sub-60, porque cada una tiene un recuerdo en sí, pero ya no las usamos.

Y qué decir de la ropa de nuestros seres queridos, quienes ya no están entre nosotros. En este punto, el tema se vuelve un poco áspero, duro y hasta salvaje, pero cuando comprendemos que todo aquello que guardamos resultan ser sólo cosas y que al almacenarlas se adueñan de nuestro pasado, pero en el presente pueden beneficiar a alguien más que las necesite.

¿Qué determina que una cosa que usted tiene, es realmente importante? No hay duda, es la respuesta a la pregunta simple: “¿cada cuánto usa esto? Si la respuesta es una vez al año, a menos que sea por la temporada navideña u otra similar, esa cosa sólo está engrosando el número de eso que tenemos sólo por tenerlo.

Personalmente, ¿qué fue lo primero que empecé a ver en mi guardarropa? Al principio de este artículo mencionaba que este libro es igual de aquellos, pocos, por cierto, que cuando los lees vas aplicando lo que te enseña. Entonces, me acerqué a las corbatas y saqué más de la mitad. De esa mitad, tenía algunas que no había usado en muchos años, desde que dejé de trabajar en una oficina. Además, por unos problemas de rodilla, dejé de jugar fútbol, pero en mi gaveta conservaba camisolas deportivas (remeras en otros países), medias y pantalonetas que me regalaron cuando jugué con algunos equipos. ¿Y saben qué? Tenía muchos años de no usar tan sólo una de estas. ¿Cuál fue mi decisión? Deshacerme de todas estas. Las regalé.

Lo mismo hice con otras pendas de vestir, es decir, pantalones, tshirts, camisas, calcetines, algunos nuevos, incluso trajes, porque tampoco los usaba.

¿Cuál fue el resultado de desprenderme de todo aquello? Creo que me siento más liviano. Sabiendo que sólo debo usar aquello que en verdad me sirve y, claro, sigo aprendiendo de esto. Como lo mencioné, hace dos meses terminé de leerlo y aunque he avanzado, aún me falta dar una vuelta por mi caja de herramientas, porque tengo algunas cosas que me han sobrado en los arreglos que algunas veces hice en mi casa y que las guardo “por si acaso”, para algún día o momento que nunca llega.

Por último, ¿qué más aprendí del libro? Dentro de nuestras familias hay aquellos se caracterizan por ser bondadosos y que regalan cosas cada vez que los visitas. Cuando te despides, siempre te ofrecen algo. Pueden ser macetas, flores, cubrecamas, sillas plegables, una crema para la cara, un juego de espátulas o cuchillos de cocina, un líquido para limpiar las llantas de tu carro, etc. Tú no sabes cómo llegaron esas cosas a manos de tu familiar, pero, él o ella, con buena voluntad, te regalan cosas. María Gallay te enseña a decir no: “Gracias, pero no lo necesito, deberías regalárselo a otra persona que si lo necesita”. Esa acción contribuirá a no continuar llevando cosas a tu casa y que después no sabes dónde acomodarlas.

Para terminar, quiero dejar una frase sencilla, pero muy poderosa, que María incluye en su libro: “En lo referido a las cosas, todo tiene solución”.

 

Bibliografía

Gallay, María. El poder del orden. Ciudad de México: Planeta Mexicana, S.A. de C.V., 2019.

 

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