No creo en los Milenials
Bueno, no se alarme, creo en ellos, pero entonces, ¿en quiénes no creo?
Desde hace unos años he estado escuchando sobre esta clasificación que hicieron en EEUU sobre las diferentes generaciones que interactúan en las empresas de hoy en día.
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Yo, nacido en Guatemala, país centroamericano, siempre tuve mis dudas de esta clasificación, y de manera particular con los primeros de esa lista, los “baby boomers”, porque la descripción de esta generación se refería a los hijos de la posguerra de la 2ª Guerra Mundial y mi pregunta en aquel entonces fue: ¿Cuál posguerra en Guatemala?, porque en este país, como en otros, no se vivió ni sufrió lo que aquella generación de combatientes sí, es decir, participar en una guerra y luego de ello, regresar a sus países con los respectivos traumas y secuelas emocionales que esta experiencia deja.
En este punto fue donde, de nuevo, me situé en el conocido concepto “tropicalización”, que no es más que la adaptación de ideas y conceptos que se importan de otras realidades sociales y que es muy necesaria, como en este caso.
Y bien, desde aquel entonces he tratado de acoger esas diferencias generacionales con las respectivas precauciones, para no caer en la moda que algunos, hoy en día, están sumergidos dentro de conceptos más simples que complicados.
Entonces, ¿qué si es cierto o aceptable entre esta abundante cantidad de información que hoy en día tenemos a disposición? Creo que antes de hablar de esto es importante considerar algunos importantes temas.
En primer lugar, déjeme situarlo en un conflicto que ha estado presente en toda la historia del hombre y me refiero a la brecha generacional. Los psicólogos son expertos en este tema y ellos podrían profundizarlo, pero en palabras sencillas se refiera a todas aquellas diferencias entre la generación actual y las anteriores.
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En segundo lugar, estamos viviendo una revolución tecnológica que está afectando la vida de todas las sociedades, a tal punto que se ha sobrepuesto a las culturas locales y, por consiguiente, está formando otra cultura, pero con alcances globales, una cultura tecnológica. Dentro de esta nueva cultura convivimos todos y dentro de todos existen personas que son atraídas por la tecnología, otras a quienes no les gusta y otras que nacieron con ella, es decir, los Milenials.
Entonces, la brecha generacional es doble.
¿Qué ha traído como consecuencia esta cultura digital? No hay duda que ha traído muchos beneficios para la sociedad y aparejados a estos, también muchos problemas y uno de ellos, manifestado y medido en EEUU es el egoísmo, tal como lo fundamenta Joel Stein en la revista The New York Times, en la edición de mayo 2013, en el artículo que tituló en inglés Millennials: The Me Me Me Generation, donde indica que el desorden de personalidad narcisista de los veinteañeros en el 2009 se triplicó, alcanzando un 58% con respecto a los veinteañeros que hoy tienen alrededor de 65 años, de acuerdo con mediciones que hizo el Instituto Nacional de Salud de ese país, NIH, por sus siglas en inglés.
¿A que nos enfrentamos entonces?
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Nos enfrentamos a jóvenes que creen que deben ser promovidos cada dos años en sus trabajos, jóvenes que desean y buscan la fama o estar cerca de ella, jóvenes que han reducido el deseo por asumir un compromiso matrimonial y viven más tiempo con sus padres o eligen vivir solos y jóvenes que creen tener la grandeza y buen criterio para hacer todo lo que dentro de la moral consideran correcto, entre otras cosas.
Ante este escenario, ¿Qué deben hacer las empresas en estos tiempos? Con tanto que se escucha, pareciera que los Milenials son los reyes y protagonistas de esta película social en la que vivimos.
De manera personal, creo que será importante gestionar el narcisismo (egoísmo).
¿Y cómo se gestiona el narcisismo (egoísmo) dentro de una cultura donde se premia el éxito o mejor desempeño?, sin duda, será importante premiar el alcance, pero también premiar el cómo se alcanza, para no fomentar, a lo Maquiavelo, “el fin justifica los medios” y hacer al resultado el único rey.
En este sentido, será importante premiar el alcance grupal por encima del individual.
Que los bonos por desempeño sean atractivos, pero para todos, lo que implica que dentro de los grupos se sepa muy bien las expectativas de todos, no para llenarlas, sino para hacer más equitativa la repartición de reconocimientos económicos.
Por otro lado, hoy más que nunca el líder debe reconocer de manera pública el esfuerzo de todo su equipo, no para que se muestre como un buen líder, sino para que estas acciones muestren que cualquier esfuerzo, por mínimo que sea, lo hizo alguien del grupo, como parte de un gran engranaje, porque usted y yo sabemos que cualquier éxito nunca se hace con el esfuerzo de una sola persona, porque siempre hay vínculos de apoyo de otros alrededor de un éxito.
El líder de este tiempo, tendrá que apelar al concepto interdependencia. Como lo indicó Stephen Covey en su famoso libro “Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, el ser humano pasa de la dependencia a la independencia, pero debe comprender que es en la interdependencia donde están los premios, no solo económicos, sino aquellos que valen más que el dinero, los afectivos y que pueden durar para siempre.
Fuente: http://i.huffpost.com/ |
Así que, estimado amigo, el llamado, si se quiere utópico, es para que el ser humano de este tiempo, incluidos los milenials u otras generaciones, deben pensar en el “nosotros” antes que en el “mí”.
Por último, para aquellos que están alarmados o medio alarmados por la generación milenial y no encuentran una ruta acertada para hacerlo, déjeme contarle lo que el médico inglés Sir Ronald Gibson hizo en una conferencia sobre los conflictos generacionales, la que se ha considerado como una de las conferencias más impactantes de la historia.
El Dr Gibson inició su conferencia citando cuatro frases de diferentes autores:
1. "Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos hoy son unos verdaderos tiranos. Ellos no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos".
2. "Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible".
3. "Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar muy lejos".
4. "Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura".
Durante la presentación de estas cuatro frases, el Dr Gibson veía como los asistentes asentían a cada frase leída, confirmando lo indicado en cada cita.
Luego, reveló el origen de estas frases:
Frase 1. Sócrates (470 - 399 A .C.).
Frase 2 Hesíodo (720 A .C.).
Frase 3 Un sacerdote (2.000 A .C.).
Frase 4 Estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia.
Ante el asombro de la concurrencia, finalizó su participación con la siguiente frase: Señoras y señores, padres de familia: Relájense, que la cosa siempre ha sido así…
Así que, sí creo en los Milenials, en aquellos que, en medio de tanto narcisismo y egoísmo dentro de las empresas logren trascender a sus propios intereses y pensar más en el nosotros que en el mí.
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